Muchos conocemos a alguien que ha experimentado el suicidio de una persona cercana, y en caso de no recordarlo es porque rara vez hablamos de ello. Quitarse la vida no sólo es uno de los pecados más deplorables desde el punto de vista de la iglesia católica, sino que también se ha convertido en un complejo tema sobre el cual poco queremos debatir o comentar.
La frecuencia con la que tenemos pensamientos suicidas es imposible de rastrear, pero nuestros comportamientos -claramente suicidas- como el consumo de tabaco, drogas destructivas o comportamientos que ponen nuestras vidas en peligro, llevan un complejo mensaje intrínseco.
El suicidio es la décimo quinta causa de muerte a nivel mundial; representa alrededor del 1.5 % de las muertes totales. Más gente muere por suicidios que por asesinato, accidentes o por ataques de animales (juntos).
¿Por qué entonces en los medios escuchamos tanto sobre asesinatos y tan poco sobre aquellos que se quitan la vida?
A juzgar por las estadísticas, tenemos más riesgo de morir por suicidio ocasionado por desamor que por un ataque de tiburón.
De acuerdo con los datos de la OECD, las causas de suicidio se desglosan de la siguiente manera:
45 % por causas fisiológicas, como desequilibrios en la química cerebral.
32 % dolor a causas de amor romántico.
10 % fracaso financiero.
8 % humillación, status social.
3 % pérdida de la esperanza y desesperación.
2 % otras.
El suicidio es una muestra de nuestra intensa vulnerabilidad psicológica y de las profundas dificultades que tenemos para comunicar nuestros problemas a otros, pues si lo hiciéramos podríamos formar comunidades que promuevan la vida.
Los gobiernos de las naciones ricas tienden a dirigir sus esfuerzos hacia la pobreza, las enfermedades y el envejecimiento. El suicidio da alerta sobre un problema más extraño: la escala de nuestro tormento psicológico y el grado de fragilidad de nuestra mente, el cual no necesariamente puede ser arreglado con dinero o bienes.
Las causas de suicidio denotan la intensidad con que necesitamos amor, aceptación, significado, esperanza, honor y perdón. Estas cualidades no son ningún lujo, podrían salvarnos la vida.
Es la literatura la que nos ha alertado la importancia de ello, quizá más que cualquier otro medio.
Por ejemplo, en la obra de teatro “Hamlet”, de William Shakespeare, Ophelia elige morir antes que vivir una vida sin su amado; por otra parte, el héroe Levin contempla el suicidio guardando una soga en su oficina porque perdió cualquier sentido de significado y dirección, en “Anna Karenina”, de Leo Tolstoy,
Una de la causas de que los suicidios sean tan abrumadores es la sorpresa, pues es posible que sepamos que una persona tiene problemas, pero es muy complicado imaginar la magnitud, y esto es evidencia del descuido involuntario entre unos y otros, incluso de nosotros mismos, pues nos negamos a concederle a nuestras necesidades psicológicas la atención que necesitan.
El filósofo Arthur Schopenhauer dijo: “Siempre deberíamos ser conscientes de que ningún hombre está muy lejos del estado en el cual querría tomar una espada o veneno para llevar su existencia al fin”.
Los números en los casos de suicidios en los diferentes países nos dan material de análisis sobre este tema: en Kuwait son tan raros que la tasa es de 0.1 por cada 100 mil habitantes, y China tiene el rango más alto de todos con 25 personas por cada 100 mil habitantes; los números sugieren que, a pesar de que una sociedad puede eliminar el dolor, hay demasiados factores relacionados a la interpretación de las dificultades que pudieran disminuir los riesgos de suicidio.
Las sociedades con las tasas más bajas de suicidio, suelen tener mayor aceptación al fracaso y son más tolerantes, por lo cual piden disculpas y perdonan con mayor facilidad, además de que su sistema aprecia el valor intrínseco, sobre los logros.
El suicidio es el ejemplo más grande que tenemos de la dificultad de ser humano, mostrando que hay niveles de angustia mucho más altos de los que estamos acostumbrados a contemplar, tolerar, e incluso, a ser conscientes.
La vida está llena de cosas maravillosas que esperan por ser vistas por tus ojos, te recomendamos leer algunas Señales que indican que estás pasando por una depresión y debes pedir ayuda.
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