Comunicarse con los hijos debe ser una de las cosas más difíciles para los padres, quienes desean establecer lazos de confianza con los niños y adolescentes, pero muchas veces no saben cómo hacerlo.
En este sentido, la bloguera Liz Evans a partir de su propia experiencia se propuso ayudar a otros padres, entregando una serie de sugerencias para dejar de hacer la misma monótona y vacía pregunta que siempre tiene la misma respuesta:
“¿Cómo te fue?”
Liz confiesa que solía preguntar siempre esto mismo, sabiendo que recibiría como respuesta un simple “Bien”, con el que no conseguiría mayor información sobre su hijo, ni iniciaría el camino a un diálogo enriquecedor.
Esto es especialmente cierto cuando tienes un hijo adolescente, con los cuáles es un verdadero arte comunicarse, dice ella.
“Pero cuando lo consigues, el diálogo con un adolescente nunca es decepcionante, está garantizado que será interesante, a veces puede muy esclarecedor, y siempre valdrá la pena el trabajo. Siempre”, asegura.
1. ¿Cuál es el lugar dónde más te gusta estar? ¿En qué lugar no te gusta estar?
2. ¿Cómo tu escuela podría ser mejor? ¿Qué cosa cambiarías de tu escuela?
3. Si fueras profesor, ¿qué clase harías? ¿Qué clase no harías? ¿Por qué?
4. ¿Qué fue lo mejor (más triste, más divertido, más tenebroso) que viste hoy?
5. Dime una cosa que hayas aprendido hoy.
6. Si tu día fuera una película ¿cuál sería?
7. ¿Qué cosas hace la gente en tu escuela durante los recreos?
8. ¿Con quién crees que podrías ser más amable?
9. ¿Cuál es la clase que se te hace más fácil? ¿Cuál es tu clase más difícil? O ¿En qué clase has aprendido más? ¿En qué clase has aprendido menos?
10. ¿Qué música te gustaría que tocaran en los pasillos del colegio?
11. Si pudieras leer mentes, ¿a quiénes les leerías la mente? ¿De quién mente no querrías leerla?
12. Si este día fuera una canción, ¿cuál sería?
13. ¿Qué cualidades tiene que tener una persona para que te agrade? ¿Qué tipo de gente suele agradarte más?
14. ¿Qué crees que deberías hacer más? ¿Qué crees que deberías hacer menos?
15. ¿Cuáles son las 3 (o 5) cosas que más oyes en los pasillos de la escuela?
16. ¿Cuál crees que es la parte más importante de… la escuela, la casa, etc?
17. ¿Qué preguntas te has hecho hoy? aunque no haya sido respondida.
18. ¿Cuál es tu curso favorito de la escuela y por qué?
19. Si una nave espacial extraterrestre aterrizara, ¿a quién te gustaría que se llevara?
20. ¿A quién ayudaste hoy? ¿Alguien te ayudó a ti hoy?
21. Si pudieras ser invisible durante un día, ¿qué harías?
22. ¿Qué parte del día esperas? ¿Qué parte del día temes?
23. ¿Qué comidas son las peores? ¿cuáles son las mejores?
24. ¿Cuáles de tus compañeros es más probable que sea presidente, millonario, famoso, etc?
25. Si tuvieras que ir a una sola clase todos los días, ¿cuál sería?
26. Dime una cosa que leíste hoy.
27. Si tu día fuera un emoticón, ¿cuál sería y por qué?
28. ¿De qué crees que hablaron tus profesores en la sala de profesores hoy?
Otras alternativas:
– Cuéntame algo que te haya hecho reír hoy.
– Si pudieras elegir, ¿con quién te gustaría sentarte en clase y con quién no?
– Qué palabra rara oíste hoy.
– Si llamara a tu profesora, ¿qué me diría de ti?
– ¿Qué es lo que te ha hecho más feliz hoy?
– ¿Con quién que nunca has jugado te gustaría jugar?
– ¿Quién es la persona más divertida que conoces?
Algunos tips para comunicarte mejor con tus hijos
Evans además entregó algunos pequeños consejos para comunicarse con los hijos que a ella le han dado resultado.
– El Tiempo lo es todo. El mejor momento para preguntarles acerca de su día puede no ser cuando caminan desde la puerta de la escuela o cuando sus otros hermanos o sus amigos están alrededor. Tienes que ser observador y encontrar el momento en que tu hijo está más sensible y abierto.
– Crea instancias para que puedan compartir a solas. Puede ser algo tan simple como invitarlo a comprar al supermercado, ponerle bencina al auto o que te ayude a preparar un queque. Pueden ser momentos valiosos para conversar.
– Inicia conversaciones durante tareas en las no necesitas hacer contacto visual. Cuando quieres hablar con adolescentes sobre temas delicados puede ser intimidante que los mires todo el tiempo a los ojos. Por lo mismo, puedes hablarles mientras lavar los platos, lavas la ropa o preparas la comida. Los adolescentes suelen decir más si no tienen que mirarte a los ojos. Les permite abrirse sin sentirse amenazados.
– Presta atención a cómo tus hijos se dirigen a ti y cómo les respondes. “Cuándo dicen ‘mamá’ ¿Cómo respondes? ¿Con una mirada cansada de por favor no me pidas nada? ¿Un suspiro exasperado de ‘¿Qué?”, pregunta Evans. Si estamos siempre respondiendo a sus preguntas con agotamiento o enojo no vendrán a ti para pedir ayuda o consejo.
– Abraza el silencio. Los niños no siempre responden a las preguntas de inmediato y eso está bien. Puede tomarle unos segundos, minutos e incluso días. No exijas una respuesta inmediata. Si haces una pregunta que no se responde rápidamente simplemente pídeles que piensen en ello y te digan su respuesta cuando tengan una o estén listos.
– No reacciones demasiado. Cuando tus hijos te dicen algo, especialmente si es “malo” no reacciones demasiado o no querrán volver a decirte algo. Trata de mantener la calma y pídeles un tiempo para pensar en lo que te dijeron.
– Comparte tus experiencias personales con ellos. Habla de tus propias luchas, triunfos o desalientos. No siempre necesitas hacerles preguntas. Cuéntales sobre tu día y lo que está sucediendo en tu vida.
– Está dispuesto a hablar con tu hijo, incluso cuando no es un momento oportuno. Aunque esté a punto de comenzar tu programa favorito o estás muy agotado, si quiere hablar, escúchalo.
– Comunícate con sus medios también. Si les gusta textear, mandar emails, escribir en Whatsapp o Facebook Messenger, hazlo.
– No los presiones a tener conversaciones largas. Los niños, preadolescentes e incluso los adolescentes tienen dificultades para mantener largas conversaciones, especialmente las emocionalmente cargadas o sobre temas frustrantes, vergonzosos o difíciles para ellos. No esperes que te digan todo de una vez. Está bien pedir información de a poquito en el transcurso de varios días hasta tener la historia completa.
– A veces es bueno sólo escuchar. No siempre es necesario darles consejos o resolver sus problemas. A veces los niños quieren sólo que los escuches.
– Háblales sobre las noticias, cultura pop y eventos actuales. Cuando vean una película o escuchen música haz preguntas que se conecten con sus vidas. Por ejemplo, ¿hay realmente alguien así en tu escuela? O ¿Qué harías si … ..?
– Haz preguntas específicas. Especialmente si deseas una respuesta real. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Cómo estás?”, Pregúntale: “¿Qué fue lo mejor que te pasó hoy?”.
– Interésate en lo que les interesa. Si les gusta leer, pídeles sugerencias de libros (y leélos). Si les gusta el fútbol, ve un partido con ellos. Si les gusta cocinar, pídele ayuda para preparar las comidas. Sea lo que sea, encuentra una manera de estar genuinamente involucrados en lo que les interesa.
-Sé confiable. Si te pide guardar un secreto, hazlo. Tampoco menosprecies lo que dicen ni te burles de ellos, no importa lo trivial que sean sus problemas o temores para ti.
– Construye una relación real con tu hijo. Escúchalos cuando hablan. Interésate en lo que te dicen. No serán niños para siempre.
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