martes, 26 de julio de 2016

Esta Madre parece feliz de llevar a su hija a la escuela, pero mira de cerca y no lo creeras.

Mientras una mamá lleva a su pequeña al colegio imagina el sinfín de cosas que tiene que hacer después, definitivamente el trabajo de una madre nunca termina, es el más cansado y el peor pagado. Luego de dejar a su hija debía hacer el super, hacer el aseo en casa, lavar, planchar y hacer comida.


Nadie duda del amor que una madre siente por sus hijos, pero en algún punto todas se terminan cansando del trabajo que parece nunca tener final. Ésta mamá ya estaba cansada y harta de tanto quehacer y de que a pesar de todo aun tuviese que llevar a su hija al colegio, soñaba con el día en que ésta pudiese ir sola, así sería una tarea menos y además podría tener una segunda luna de miel con su esposo o tal vez, llevársela metida en un spa.

Por otro lado, otra mamá que tiene un hijo más pequeño que la anterior, solo desea poder dormir más horas y descansar, pues el niño no para de llorar.

Sin embargo, te sorprenderás al leer lo que ésta madre ha escrito.

A ti, que tienes la dicha de ser madre:

¨Debes saber que desde el momento en que abrazas a tu bebé por primera vez, definitivamente nunca serás la misma persona, eso puedo asegurártelo.

Sé y entiendo que a veces anheles tanto a la persona que eras antes. Esa que sin duda alguna tenía libertad y sabía de tiempo e incluso le sobraba bastante y es que no había nada en particular por lo que preocuparte.

Te aseguro que conocerás el cansancio como nunca lo habías hecho antes y determinarás que algunos días son exactamente iguales el uno al otro; llenos de tomas y eruptitos, cambios de pañal y llanto, quejidos y peleas, siestas o falta de siestas.

Puede parecer como un ciclo sin fin. Pero no olvides que… Hay una última vez para todo.

Llegará el día cuando le des de comer a tu hijo por la última vez, se dormirán sobre ti después de un largo día y será la última vez que abraces a tu niño mientras duerme.

Un día los llevarás en tu cadera y los dejarás en el suelo. Entonces nunca más los volverás a cargar de esa forma, por eso debes de valorar cada vez que lo hagas.

Les frotarás el pelo en la bañera una noche y a partir de ese día querrán bañarse ellos solos.

Te cogerán de la mano para cruzar la carreta, pero un día cualquiera nunca te la pedirán de nuevo.

Se deslizarán en tu habitación a media noche en busca de mimos y entonces será la última noche que te despierten para esto.

Una tarde cantarás “Las ruedas del autobús” y harás todos los gestos pero después, nunca más volverás a cantar esa canción de nuevo porque ya se sentirán grandes para eso.

Te darán un beso de despedida en la puerta del colegio y se llegarán tan rápido el día que te pedirán que no los acompañes nunca más.

Les leerás un último cuento en la cama y limpiarás una última cara sucia. Correrán hacía ti con los brazos en alto una última vez. El caso es que nunca sabrás cuando será la última vez, hasta que no haya más veces e incluso entonces te llevará un tiempo llegar a darte cuenta de ello.

Así que mientras estés viviendo estos momentos, recuerda que sólo hay un pequeño número de ellos, y que, cuando se hayan terminado, te morirás por revivir un solo día lleno de ellos”.

Lee esta preciosa carta cuando desesperes o estés cansada. Ser madre es difícil pero es una experiencia única y llena de momentos que atesorar, recuerda que no siempre serán niños, por eso disfruta y valora cada momento que pasas junto a ellos.

No olvides compartir con otras mamás esta emotiva carta llena de verdad y dejar un like.

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